BEIJING, 22 ago (Xinhua) — Estados Unidos ordenó esta semana el despliegue de un escuadrón anfibio hacia el sur del Caribe, según confirmó la Casa Blanca. Las fuentes indicaron que los buques USS San Antonio, USS Iowa Jima y USS Fort Lauderdale podrían situarse frente a las costas de Venezuela a partir de este domingo.
En conjunto, las embarcaciones transportan a 4.500 efectivos, entre ellos 2.200 marines. La decisión forma parte de los esfuerzos del presidente estadounidense, Donald Trump, para enfrentar amenazas provenientes de cárteles de droga latinoamericanos.
Caracas señaló que Washington recurre a «difamaciones» y aseguró que los señalamientos de EE. UU. sobre los presuntos vínculos de Venezuela con el narcotráfico evidencian el «fracaso» de sus políticas en la región. Además, varios líderes latinoamericanos también expresaron sus preocupaciones.
AMENAZAS
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, informó el martes que el presidente Trump está dispuesto a usar «todos los elementos del poder» para impedir que «las drogas inunden» EE. UU. y confirmó el despliegue de tres buques con 4.000 soldados en las aguas del Caribe cerca de Venezuela.
La fiscal general de EE. UU., Pamela Bondi, anunció el 7 de agosto una recompensa de 50 millones de dólares por información que conduzca al arresto del presidente venezolano, Nicolás Maduro, a quien acusó de usar organizaciones criminales para introducir drogas letales y violencia en la nación norteamericana.
El Gobierno de EE. UU. ya había ofrecido anteriormente una recompensa de 25 millones de dólares para los mismos fines.
El Gobierno de Maduro indicó que estas amenazas no solo afectan a Venezuela, sino que ponen en riesgo la paz y estabilidad de toda la región, incluyendo la zona de paz declarada por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.
El lunes, Maduro ordenó la activación de más de cuatro millones de miembros de la Milicia Nacional Bolivariana ante el aumento de las «amenazas» por parte de EE. UU.
Diputados de la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral) de Venezuela aprobaron el miércoles un proyecto que establece el respaldo a las medidas que tomen el órgano legislativo y el Poder Ejecutivo para defender la soberanía y el territorio del país sudamericano, en medio del despliegue militar de EE. UU. en el Caribe.
PREOCUPACIONES Y RECHAZO
Las operaciones militares despertaron la oposición de muchos países en la región.
El canciller de Venezuela, Yván Gil, y su homólogo de Brasil, Mauro Vieira, se reunieron este jueves en Bogotá para discutir, entre otros temas, el desplazamiento de buques de guerra de Estados Unidos hacia aguas próximas a la costa venezolana.
El Gobierno brasileño considera que el envío de buques estadounidenses se enmarca en la lógica impulsada por el presidente Trump de militarizar el combate contra organizaciones criminales y el narcotráfico, política que también afecta a países como México.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, citó este martes la Constitución mexicana, que «dice claramente» que hay que defender «la autodeterminación de los pueblos, la no intervención y la solución pacífica de controversias», enfatizó.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, aseguró este martes que una invasión de Estados Unidos a Venezuela convertiría a ese país en otra Siria y arrastraría a Colombia a otro conflicto.
El Gobierno de Cuba denunció este miércoles que esta presencia militar forma parte de una «agenda corrupta» del secretario de Estado, Marco Rubio, y exigió respetar la región como «una zona de paz».
VOCES INTERNACIONALES
Las organizaciones internacionales también expresaron preocupaciones. Este jueves, el secretario general de la ONU, António Guterres, llamó a Estados Unidos y a Venezuela a «resolver sus diferencias por medios pacíficos».
Mientras tanto, los países miembros de la de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) celebran la XIII Cumbre Extraordinaria del bloque, en la que se plantean definir acciones frente del despliegue militar de EE. UU. en el Caribe y su impacto político en la región.
Venezuela ha recibido el apoyo de los países de la ALBA-TCP. Los jefes de Estado y de Gobierno de los diez países condenaron este miércoles, en una cumbre virtual extraordinaria, el «despliegue militar» de Estados Unidos en «aguas del Caribe».
En un comunicado, Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Dominica, Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas, San Cristóbal y Nieves, Granada y Santa Lucía advirtieron que «el despliegue militar estadounidense en aguas del Caribe, disfrazado de operaciones antidrogas, representa una amenaza a la paz y a la estabilidad de la región y constituye una violación flagrante del derecho internacional».
Los diez gobernantes de la alianza, que se reunieron por videoconferencia durante casi dos horas y media, señalaron también que «las órdenes del Gobierno de los Estados Unidos de desplegar fuerzas militares bajo pretextos falsos» tienen «la clara intención de imponer políticas ilegales, injerencistas y contrarias al orden constitucional de los Estados de América Latina y el Caribe».
Por tanto, exigieron el cese inmediato de «cualquier amenaza o acción militar que vulnere la integridad territorial y la independencia política» de la región.