Por Li Xin y Carina López MÉXICO, 11 nov (Xinhua) — El arte textil del estado de Oaxaca, en la región sur de México, vive un proceso de renovación impulsado por artesanos indígenas de la etnia zapoteca que han decidido transformar su propia historia mediante una alianza entre talleres y creadores, un movimiento que ha permitido recuperar el valor cultural de la tejeduría tradicional y dignificar el trabajo artesanal. Víctor Manuel Vázquez, tejedor con más de 20 años de experiencia y fundador de Mantelería Bethel, representa una nueva generación de artesanos que combina el conocimiento ancestral del telar de chicote con modelos de organización solidaria y visión empresarial. Su apuesta no es solo preservar una tradición, sino demostrar que el oficio puede ser motor de bienestar y desarrollo para la región, pues hoy en día la producción colectiva oaxaqueña abastece a empresas internacionales. «Empecé a trabajar desde muy chico, pero a los 18 años fue que conocí este oficio que ustedes ven ahorita en la mantelería a través del telar de chicote con todos los productos que nosotros hacemos. Lo aprendí en Xochimilco (Oaxaca), el cual es muy representativo. Yo quedé con una deuda sentimental con Xochimilco, por eso decidí emprender mi propio taller», dijo el artista a Xinhua. Aunque ahora el señor Víctor no trabaja de manera directa con su familia, ha integrado a dueños de distintos talleres a la alianza textil, así como a trabajadores que en el pasado tenían pocas oportunidades laborales, debido a que el oficio se ha visto relegado y con escaso reconocimiento. Junto con su equipo de trabajo, Vázquez ha recuperado el interés de los compradores de tejeduría, a través de diseños únicos que reflejan la identidad cultural de la región. Poco a poco, la alianza ha sumado a más personas, incluidas mujeres y jóvenes que se han desarrollado de manera productiva, además de que han encontrado en el telar un oficio de valor cultural y económico. «Que sea una oportunidad también de generar un poquito de riqueza, de que recuperemos la parte cultural y ancestral de lo que nos representa como artistas, porque esto es parte de lo que nosotros decidimos ser y que queremos seguir proyectando también a diferentes partes del mundo», dijo Vázquez. Los talleres de Oaxaca elaboran productos tradicionales como manteles, servilletas y caminos de mesa, pero también han ampliado su producción hacia nuevas líneas, adaptándose así a las demandas contemporáneas. Ahora, el tejido oaxaqueño se aplica en mochilas, bolsos, calzado y finas prendas de vestir, lo que otorga al textil un uso más versátil y presente en la vida cotidiana. Este proceso de diversificación ha ido de la mano con una conciencia ambiental creciente, debido a que para elaborar las telas se necesitan fibras, tintes y procesos que en su forma industrial convencional, suelen implicar el uso intensivo de agua, químicos y colorantes sintéticos que contaminan ríos o suelos. Por ello, buena parte de los materiales empleados en Oaxaca son ecológicos, lo que permite ofrecer productos sostenibles sin renunciar a la calidad, ni al valor cultural que distingue a la tejeduría tradicional de dicho estado sureño de México. Pero este movimiento colaborativo no es aislado, pues en distintas comunidades de Oaxaca otros talleres familiares también han fortalecido la tradición textil desde una visión sostenible. Entre ellos destaca uno familiar del poblado de Teotitlán del Valle, que han encontrado en el telar no solo un medio de sustento, sino una forma de preservar su identidad cultural y adaptarla a los nuevos tiempos. Su trabajo mantiene técnicas heredadas, pero también incorpora diseños propios y procesos sustentables, al elaborar sus propios hilos y utilizar materiales naturales que reducen el impacto ambiental. «En nuestra familia queremos seguir preservando lo que son los tintes naturales, lo que es la grana cochinilla (insecto), el pericón (planta), el cempasúchil (flor), para pintar lo que son nuestros hilos y seguir preservando los tintes naturales», comentó a Xinhua el tejedor Óscar Bautista, de Teotitlán del Valle, un sitio reconocido a nivel nacional e internacional por su extraordinaria tradición textil. El joven forma parte de la quinta generación dedicada al tejido de tapetes de lana, un oficio que ha sido cuidadosamente transmitido de padres a hijos, junto con las técnicas de diseño y el profundo significado cultural zapoteca de cada pieza. Ahora, muchas familias de Oaxaca no solo conservan la tradición ancestral, sino que la proyectan hacia nuevas generaciones y nuevos modos de desarrollo. Numerosas comunidades del estado han logrado un reconocimiento a nivel nacional por la maestría de sus tejidos en algodón y lana, elaborados con técnicas ancestrales que guardan siglos de historia y una profunda herencia cultural. De este modo, el arte textil mexicano continúa vivo y en constante evolución, sostenido por la creatividad de las nuevas generaciones, la fraternidad de sus tejedores y el compromiso colectivo por preservar su valor cultural.
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Internacional