Salud

Entre cirugías, respiradores y corazones rotos: tres familias jaliscienses buscan ayuda para salvar vidas

Las historias de Chalo, Mía y Helena revelan cómo la solidaridad digital se ha vuelto un salvavidas para quienes el sistema de salud no alcanza a cubrir

En Jalisco, tres familias enfrentan batallas médicas que van más allá de los hospitales. Sus historias se entrelazan en la necesidad urgente de apoyo económico para tratamientos que pueden salvar vidas. Desde Degollado hasta Zapopan, estas familias encontraron en las plataformas digitales una ventana de esperanza que conecta su dolor con la generosidad de desconocidos.

Chalo: el hombre que siempre ayudó

En El Puerto de Catarina, municipio de Degollado, Gonzalo Ayala Muñoz es más que un vecino; es una figura respetada y querida por toda la comunidad. «Chalo», como le dicen de cariño, se caracteriza por ser una persona en quien todos pueden confiar, alguien que nunca dice que no cuando se trata de ayudar a otros.

A sus años de vida, Chalo necesita una cirugía de próstata que le devuelva la tranquilidad y la salud. La operación tiene un costo aproximado de 100 mil pesos, sin contar los gastos hospitalarios y el período de recuperación en el que no podrá trabajar. Para una familia trabajadora como la suya, esta cifra representa un obstáculo casi imposible de sortear.

Vanessa Mata, organizadora de la campaña «Help Gonzalo ‘Chalo’ Ayala Munoz Surgery and Recovery» en GoFundMe, explica que la comunidad se ha movilizado para apoyar a quien tanto ha dado. «Chalo siempre ha estado ahí para todos nosotros. Ahora es nuestro turno de estar para él», comenta.

La colecta busca no solo cubrir los gastos médicos, sino también brindarle la tranquilidad de recuperarse sin la presión económica que podría agravar su estado de salud. Es un círculo de generosidad que se cierra: el hombre que sembró ayuda, ahora cosecha solidaridad.

Mía: respirar es su batalla diaria

A los cinco años, Mía Josselin conoce mejor que muchos adultos lo que significa luchar por cada respiración. Diagnosticada con fibrosis quística a los cuatro meses de edad gracias al tamiz neonatal, vive con una condición que provoca la producción de un moco anormal, espeso y pegajoso que afecta principalmente el sistema respiratorio.

Para su madre, María Anali, el diagnóstico trajo no solo preocupación, sino también el dolor de revivir una pérdida familiar: hace 25 años perdió a su hermano por la misma enfermedad. «Fue devastador saber que mi hija tendría que enfrentar lo mismo», recuerda.

El pasado diciembre, una neumonía puso a Mía en una situación delicada, recordando a la familia la urgencia de contar con las herramientas adecuadas para su tratamiento. Su médico recomendó con carácter urgente un chaleco percutor, un equipo que ayuda a despegar las secreciones de los bronquios y a movilizarlas hacia el exterior para que se puedan expectorar más fácilmente.

Sin este equipo, la salud de Mía corre peligro constante. El sistema de salud público no puede proporcionarlo y su costo elevado supera las posibilidades familiares. La campaña «Chaleco percutor para Mía» busca conseguir este instrumento vital que podría marcar la diferencia entre una infancia llena de emergencias médicas y una vida más estable.

Helena: la guerrera más pequeña

Helena apenas tiene dos meses y medio de vida, pero ya es una sobreviviente. Esta bebé de Zapopan llegó al mundo con una malformación cardiaca conocida como «Conexión anómala de venas pulmonares total», una condición que impedía que su cuerpo recibiera correctamente el oxígeno.

Gracias a la rápida intervención del equipo médico, fue posible detectar a tiempo la anomalía y realizar una cirugía a corazón abierto que le salvó la vida. Sin embargo, su camino hacia la recuperación apenas comienza. Se estima que necesitará atención médica especializada durante los próximos 8 a 12 meses.

Ana Lazcano, quien organiza la colecta «Apoyo gastos médicos y terapias de Helena Maza Lazcano«, describe la realidad que enfrentan: «Estamos haciendo todo lo posible por solventar estos elevados e inesperados gastos que consisten en diferentes tipos de terapias, cuidados intensivos en casa, vacunas especiales, entre otras cosas».

La meta establecida es de un millón de pesos, y aunque la comunidad ha mostrado su generosidad donando más de 600 mil pesos, aún no alcanzan la cifra objetivo. Para Helena, cada peso recaudado significa la diferencia entre un futuro lleno de posibilidades y las limitaciones que una atención médica insuficiente podría traer.

Su caso ejemplifica una problemática extendida en México. Anualmente, entre 12 mil y 16 mil neonatos son diagnosticados con algún problema en las cavidades y válvulas cardiacas, convirtiendo las malformaciones cardiacas en el principal padecimiento congénito del país.

La solidaridad digital como puente de esperanza

Estas tres historias, aunque diferentes en sus circunstancias médicas, comparten la búsqueda de apoyo a través de plataformas digitales como GoFundMe. Esta herramienta de recaudación de fondos ha demostrado ser más que una simple página web; se ha convertido en un puente que conecta necesidades urgentes con corazones solidarios.

La plataforma, que llegó a México en abril de 2024, ha facilitado que las familias compartan sus historias de manera transparente, permitiendo que la comunidad global se involucre en causas locales. Con múltiples capas de seguridad y procesos de verificación, ofrece confianza tanto a quienes solicitan apoyo como a quienes deciden brindar ayuda.

Para Chalo, Mía y Helena, estas campañas son la manifestación tangible de que, en medio de la adversidad, la solidaridad humana sigue siendo una fuerza poderosa capaz de transformar realidades.

Las campañas mencionadas se pueden encontrar en GoFundMe bajo los títulos «Help Gonzalo ‘Chalo’ Ayala Munoz Surgery and Recovery», «Chaleco percutor para Mía» y «Apoyo gastos médicos y terapias de Helena Maza Lazcano».

 

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