BEIJING, 4 nov (Xinhua) — Guiada por el lema «Construyendo un mañana sostenible», la 32ª Reunión de Líderes Económicos del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) se celebró del 31 de octubre al 1 de noviembre en la ciudad surcoreana de Gyeongju para promover la conectividad regional, fomentar el desarrollo impulsado por la innovación y crear un futuro más resiliente en Asia-Pacífico. China, por su parte, lleva años fortaleciendo su cooperación con América Latina a un alto nivel de dinamismo y profundidad sin precedentes, y todas las partes se están esforzando por hacer que esta cooperación sea una fuerza indispensable para construir una comunidad de futuro compartido Asia-Pacífico más próspera. Desde la cooperación en proyectos de infraestructuras hasta la colaboración en el desarrollo innovador y sostenible, además de la coordinación en la construcción conjunta de una comunidad de futuro compartido, China y América Latina han contribuido con su sabiduría y soluciones a la prosperidad integral y duradera de la región Asia-Pacífico. CIMENTANDO LA CONECTIVIDAD INFRAESTRUCTURAL En su discurso durante la primera sesión de la reunión, el presidente chino, Xi Jinping, instó a las economías del APEC a trabajar juntos para mantener la estabilidad y fluidez de las cadenas industriales y de suministro. La infraestructura es la base para fomentar la conectividad en el proceso de la integración económica regional de Asia-Pacífico. Con el transcurso de los últimos años, la cooperación chino-latinoamericana en este ámbito ha dado fructíferos resultados, facilitando una conectividad más conveniente del APEC. La inauguración del megapuerto peruano de Chancay, proyecto emblemático de la construcción conjunta de la Iniciativa de la Franja y la Ruta entre China y Perú, no solo ha proporcionado a los países latinoamericanos una ruta de transporte rápida para sus mercancías hacia China, sino que también ha rediseñado el mapa logístico de la orilla pacífica de América Latina. De acuerdo con María Osterloh, investigadora del Centro de Estudios Asiáticos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, el puerto de Chancay «no es solo una inversión en infraestructura, sino una plataforma compartida» que impulsa el libre comercio y la conectividad regional. Con ese puerto, «Sudamérica se integra de manera más robusta al centro económico» de la región, materializando la visión del APEC de una integración económica inclusiva y sostenible, opinó. Además del puerto de Chancay, proyectos cruciales de infraestructura, como la Línea 1 del Metro de Bogotá en Colombia, actualmente en construcción, el trayecto de tren Santiago-Batuco en Chile, que funcionará de manera parcial en 2028, o la carretera Quinindé-Las Golondrinas en Ecuador, finalizada en 2023, están tejiendo conjuntamente una red logística chino-latinoamericana cada vez más conveniente y eficiente. ENFOCANDO EN EL DESARROLLO SOSTENIBLE Durante los últimos años, China y América Latina han fomentado la cooperación en una amplia gama de ámbitos como economía verde, inteligencia artificial, economía digital o tecnología aeroespacial, convirtiendo la colaboración en el desarrollo sostenible en un nuevo sello distintivo de la relación China-América Latina. Chile ha mostrado una preferencia especial por los autobuses eléctricos en el desarrollo de su sistema de transporte público. Actualmente, circulan más de 3.400 autobuses eléctricos en el país latinoamericano, de ellos 3.125 en la capital, Santiago. Cabe destacar que todos estos autobuses eléctricos son de marcas chinas. «El sistema de electromovilidad implementado por China en términos de exportaciones ha permitido a América Latina reducir el nivel de contaminación, pero también mejorar el nivel de eficiencia del transporte público de las ciudades latinoamericanas, lo que beneficia directamente a la población», argumentó Marcela Vera, economista y directora de Asuntos Asiáticos de la Universidad de Santiago de Chile. Según la académica chilena, el modelo de cooperación, que impulsa la transformación ecológica a través de la innovación tecnológica, mejorando la vida de las personas con los frutos del desarrollo, ha constituido un ejemplo sobre cómo equilibrar el crecimiento económico con la protección del medioambiente. «China tiene un modelo que se puede observar con mucha claridad y puede perfectamente instalarse como un tipo de servicio que puede proveer China para mejorar la sustentabilidad del mundo, no solo de la zona Asia-Pacífico», comentó. OPTANDO POR UN FUTURO COMPARTIDO Como miembros importantes de la gran familia de Asia-Pacífico, China y los países latinoamericanos defienden conjuntamente los principios del multilateralismo y la apertura e inclusión, comprometiéndose a promover el desarrollo de una economía abierta en la región y trabajar mancomunados para construir una comunidad de futuro compartido Asia-Pacífico. En los últimos años, China y América Latina han mantenido una estrecha comunicación y coordinación en el apoyo al libre comercio, la estabilidad y el buen funcionamiento de las cadenas industriales y de suministro globales, así como en el avance de sus agendas de desarrollo. La Iniciativa de la Franja y la Ruta, propuesta por China, se alinea profundamente con las estrategias de desarrollo de los países latinoamericanos, convirtiéndose en un bien público crucial para la cooperación bilateral. Según Renzo Burotto, tesista de magíster en Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, la Iniciativa de la Franja y la Ruta «no solo debe tener una conexión precisa, sino que también ha de ser parte integral» de la agenda del APEC, ya que esta iniciativa se relaciona con los intereses comunes de la mayoría de las economías de la región Asia-Pacífico. Por su parte, Jorge Tarud, exdiputado y exembajador de Chile en China, afirmó que «Chile tiene que respaldar la postura del multilateralismo y afianzar los tratados comerciales que ya tenemos con el mundo, particularmente con China», frente a las riesgosas tendencias de desglobalización de la actualidad internacional. En opinión de los expertos consultados, el éxito de la cooperación chino-latinoamericana se basa en la adhesión al principio de beneficio mutuo y la cooperación eficaz en plataformas multilaterales. Y esta exitosa experiencia de cooperación pragmática entre China y América Latina es precisamente lo que se necesita con urgencia para abordar el actual déficit de gobernanza global y promover una cooperación regional estable y duradera en Asia-Pacífico. Tras la conclusión de la 32ª Reunión de Líderes Económicos del APEC, el foro está a punto de entrar en el «año de China», cuando en noviembre del próximo año se celebre la Reunión de Líderes Económicos del bloque en la ciudad meridional china de Shenzhen, tercera ocasión en que China será anfitriona del APEC. Desde Shanghai hasta Beijing y Shenzhen, el papel y la contribución de China en el escenario del APEC ha seguido fortaleciéndose, lo que demuestra el esfuerzo chino por estar a la vanguardia de la cooperación en Asia-Pacífico, su compromiso con el multilateralismo y su apoyo a la integración económica regional. Desde los buques que zarpan del puerto de Chancay hasta los autobuses eléctricos que recorren las ciudades chilenas; desde las voces concertadas en plataformas multilaterales hasta la aspiración común para construir una comunidad de futuro compartido, la cooperación entre China y América Latina no solo ha traído beneficios tangibles para los pueblos de ambas partes, sino que, a través de sus prácticas exitosas, también está contribuyendo, con sabiduría y soluciones para su prosperidad y desarrollo a largo plazo, a toda la región Asia-Pacífico. Fin

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Internacional