Por Teófilo Benítez Granados, Rector del Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas (CESCIJUC)
La educación superior en México presenta un reto presupuestas mientras se ensancha la inequidad de género en la matrícula universitaria.
Así, tiene un presupuesto insuficiente. Los recursos para estas instituciones implican aumentos en las aportaciones de algunos estados para obtener gradualmente a un gasto concurrente. Sin embargo, esto puede implicar reclamos y negociaciones con las universidades autónomas estatales.
Tal situación se observa en el recién aprobado presupuesto de egresos para 2025, donde aparecen recortes que se observan respecto al gasto ejercido en 2024 por las Instituciones de Educación Superior (IES).
De manera simultánea, es perceptible la ampliación o estancamiento de la brecha de género. Representa un gran desafío sobre todo en los campos de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM). En ingeniería industrial hay solamente una mujer por cada dos hombres en la matrícula y en desarrollo de software ese número disminuye a una mujer para cada tres hombres.
Las IES pueden construir un proyecto de nación que centralice el papel de la tecnología y de la innovación y se enfoque en el desarrollo de habilidades y cierre las brechas de género.
Entre las oportunidades que tiene el sector, está el nombramiento de quien ocupará la Subsecretaría de Educación Superior, la expansión de la universidad Rosario Castellanos y unificar el sistema de revalidación.
Así, se espera la designación del titular de la Subsecretaría de Educación Superior o el anuncio de redistribución de atribuciones que tiene dicha dependencia en la Secretaría de Educación.
De manera simultánea, expandir las Universidades Rosario Castellanos requerirá no sólo de recursos humanos capacitados, sino de la donación de espacios en los estados que se determinen como prioridad por la nueva Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti).
Asimismo, está pendiente unificar el sistema de revalidación. El gobierno federal debe reconocer y atender la implementación gradual del Marco Nacional de Cualificaciones y el Sistema de Acumulación de Créditos, considerar otros compromisos que se generan con el sector empresarial y el papel potencialmente relevante de la Secihti.
Sobresalen la implementación adecuada de las regulaciones de alimentos en las universidades, el programa espacial mexicano, la fábrica de software público, o el centro de ciberseguridad e inteligencia artificial, entre otros que se han anunciado. Todo lo anterior, puede representar oportunidades de colaboración con el gobierno federal y los estatales.
No debe olvidarse, asimismo, postular México como potencia de tecnología e innovación como se consigna en los 100 compromisos del gobierno.
Para ello, es fundamental que la Educación Superior y las Escuelas Normales se conviertan en herramienta clave para el desarrollo de habilidades docentes que les permitan enseñar en sintonía con las carreras verdes, la inteligencia artificial, y otras que se determinen idóneas para los polos de desarrollo.
Por otra parte, se deben definir las habilidades clave requeridas para el mercado laboral
Es crucial identificar áreas de oportunidad en el capital humano para alinear las capacidades de los futuros profesionistas con las demandas específicas de cada sector. Esto incluye establecer rutas de acción en materia educativa, como ajustes curriculares en la media superior y superior, creación de carreras especializadas, tutorías para fortalecer habilidades básicas y capacitación docente para actualizar estrategias de enseñanza que respondan a las necesidades de la industria y el mercado laboral.