Por Cristóbal Chávez Bravo
SANTIAGO, 20 ago (Xinhua) — El Banco Central de Chile celebra su centenario mostrando que economía y cultura pueden dialogar a través de más de 420 piezas artísticas, entre pinturas, monedas, billetes y objetos con la exposición «Reflejos de Chile. Un siglo del Banco Central» que reconstruye la memoria visual y económica del país que destacar cómo las sensibilidades artísticas y transformaciones financieras se han entrelazado en el último siglo.
La muestra se inauguró el pasado 6 de agosto y estará disponible hasta el 30 de noviembre en el Centro Cultural La Moneda (CCLM), en pleno corazón de Santiago, donde por primera vez se reúne la colección patrimonial del instituto emisor fuera de su sede institucional.
«La historia de esta exposición refleja la historia de Chile en los últimos 100 años y por eso se llama ‘Reflejos de Chile'», explicó a Xinhua la directora ejecutiva del CCLM, Regina Rodríguez.
La funcionaria también destacó el carácter democrático de la iniciativa e hizo especial énfasis en que «este espacio es gratuito, ciudadano, pensado para todos los públicos. Como gesto democrático, es muy importante».
Por su parte, la presidenta del Banco Central, Rosanna Costa, subrayó durante la inauguración que la exposición es una metáfora viva de lo que «somos como país. Es también un espejo que nos invita a reconocernos en nuestra diversidad, en nuestra historia compartida y también a delinear nuestros desafíos futuros».
Desde su creación en 1925, el Banco Central no solo ha resguardado la estabilidad financiera y la emisión de dinero en Chile, sino también un patrimonio artístico con más de 300 obras, además de billetes, monedas, lingotes y piezas numismáticas, que dan cuenta de los cambios económicos y estéticos de Chile.
Un ejemplo es la historia del billete de 5.000 pesos, introducido en 1981 con la imagen de Gabriela Mistral, primera mujer en aparecer en un papel moneda chileno. Antes solo figuraba una representación genérica de una mujer indígena.
La exhibición también incluye una animación digital del artista Santi Nam, inspirada en las iconografías de billetes, que evidencia las distintas tendencias de diseño que marcaron el siglo XX: desde las corrientes del art nouveau de comienzos de siglo, pasando por el art déco, hasta los símbolos mapuches integrados en propuestas modernas, según explicó a Xinhua el creador.
La curaduría, a cargo de Pedro Maino y Juan Manuel Martínez, seleccionó retratos, paisajes urbanos y bodegones que muestran la migración campo-ciudad y las transformaciones sociales del siglo XX chileno.
También destacan las marinas y paisajes rurales, géneros vinculados tanto a la vida cotidiana como a la apertura del país a los mercados internacionales y sus conflictos navales.
«Esta exposición reúne obras emblemáticas que permiten abordar los distintos géneros, motivos, formatos y estilos que dieron vida a la escena plástica chilena durante más de 100 años, y explorar costumbres y sensibilidades de nuestro territorio», explicó Maino.
Entre los autores presentes figuran Pedro Lira, uno de los principales promotores del arte chileno en el siglo XIX, y Camilo Mori, pintor polifacético, diseñador y dibujante fallecido en 1973. Entre las piezas más llamativas destaca un retrato gigante pintado por Jorge Délano del expresidente Arturo Alessandri Palma, acompañado de su perro Ulk, considerado el primer perro presidencial de Chile.
La colección también revive capítulos complejos de la historia económica nacional, como la crisis bancaria de los años ochenta, donde bancos como el de Talca, Unido de Fomento e Hipotecario saldaron parte de sus deudas con obras de arte entregadas al Banco Central. Muchas de esas piezas hoy forman parte del acervo patrimonial expuesto en La Moneda.
La directora ejecutiva del CCLM, concluyó que la cultura, la economía, la educación y la ciencia «no pueden ser ámbitos separados, toda la sociedad tiene que trabajar colaborando para que en conjunto logremos un desarrollo sostenible».
Con esta exposición, el Banco Central no solo festeja un siglo de vida: revive cómo Chile se ha mirado a sí mismo en sus lienzos y en sus billetes, en sus paisajes y en sus monedas. Una memoria compartida entre el arte y la economía que se abre, gratuitamente, al público.